La banana conviene y reconviene, no se debe
tirar ni la cáscara de la banana por que sirve para limpiar la piel, limpiar la
cara, desintegrar impurezas y encima sirve como fertilizante del suelo…la
cáscara es abono o fertilizante…por que las sucesivas cosechas producen
agotamiento de los elementos en las tierras, agotamiento de nitrógeno,
agotamiento de fósforo, agotamiento de potasio, agotamiento de calcio…hasta la
cáscara de la banana sirve y hasta el pinzote, lo que sostiene a los frutos
sirve para fabricar papel por que tiene fibras, el papel de banano …de ahí
deducí la importancia vital que tiene. La banana es simple y rica, se la pela,
es fácil pelarla y comerla aunque se disuelve hay que masticarla bien, la
saliva protege el cuerpo humano y es vida… vida es ensalivar bien. La banana es
una fruta tropical del norte del país, Argentina y también de Bolivia…y de
múltiples lugares de la Tierra ,
aporta energía, minerales y es antioxidante, es fuente de potasio, fósforo,
magnesio, calcio, zinc, selenio, hierro, hidratos de carbono, vitaminas y
fibra…encima tiene proteína…la banana es vital…aparte de las otras vitaminas
que tiene, la banana es esencial en múltiples direcciones.
La banana es fortaleza para la mente, tiene
más fósforo que la manzana, la banana tiene más potasio que la manzana, la
banana tiene más magnesio que la manzana…pero mucho más, por cada 100 gramos de fruta la
banana tiene un extra de 24 mg de magnesio…es superior por esto, por eso sacia
y por todo lo que tiene…conviene comer 1 banana y tomar 1 vaso de agua, 2 veces
a la semana …conviene…es vida…la banana con 1 vaso con agua funciona como
merienda, como cena…sacia y así es una técnica para bajar de peso…también la
yerba mate es excelente con leche y pan francés, pan sin grasa es positivo… Además
las fibras del sostén de los frutos de bananas, el pinzote, sirve, y hay
proyectos para la fabricación de papel, si, el papel de banano…en síntesis la
banana es esencial en múltiples direcciones…hoy transformar lo erróneo con
organización y armonía.
Víctor Hugo Márquez
Tucumán, diciembre de 2012