domingo, 30 de septiembre de 2018

FUERZA ES LA LECCIÓN BIEN APLICADA 2


FUERZA ES LA LECCIÓN BIEN APLICADA 2
1. Ahora prudencia con la persistencia errónea. Cuidado con la persistencia en los caprichos, porque esto indica un estado emocional raro y puede indicar algún problema mental…prudencia con los caprichos. 2. La persistencia en frecuentes olvidos, implica un estado de peligro…cuidado, evitar las grasas, evitar el sedentarismo…hacer un nuevo estudio, volver a hacer el práctico, evitar olvidar los nombres de la gente de alguna época, no perder las agendas, fuerza es la lección bien aplicada.
3. La persistencia en la falta de higiene, en la falta de aseo…es negativo, salir de eso, la ducha es positivo, es limpieza, la belleza aparece en la limpieza y la paz…si no hay tiempo lavar el tórax, los brazos, las axilas, lavar bien las manos, agua y jabón…y si se tocó dinero, billetes, utilizar alcohol en gel. Algún gel antibacteriano, luego al minuto lavar las manos, prudencia es vida y paz, prudencia.
4. La persistencia en un estado anímico bueno y breve, y luego el pasar de golpe a un estado de conflicto con gritos y ofensas…es negativo, porque implica que hay algún problema mental, mucho cuidado…todo es mente y grados de luz en el universo, no sea que alguien te esté viendo desde 3000 kilómetros de distancia, en la luz no hay distancias, atender los sonidos y las voces. 5. Atiende a esto que yo te hablo, quédate en mí, recuerda estas palabras, estas palabras siguen en el espacio, la mente está en el espacio, comprende esto.
6. Fuerza es aprender bien la lección y aplicarla.
7. No tomar nada a la tremenda existen estados relativos de ser y hacer.
8. Vital es trabajar y descansar, equilibrio, vital es dormir, si no duerme por un ciclo de 8 días, entonces la persona puede primero comenzar con taquicardias, y la persona puede quedar loca en un manicomio, peligroso es no tener un buen descanso. La armonía es vital, dormir 8 horas por día es OK, vital y larga vida, sinsentido es ausencia de captación real y esencial.
                                                                                  Víctor Hugo Márquez, 1996.