La auténtica humildad es destructora de fronteras, libertadora de ilusiones, libertadora del sinsentido, es causa de libertad. La humildad es poder que destruye las barreras del tiempo y el espacio limítrofe, le da fin al espejismo del actual estado de conciencia, de la actual comprensión condicionada. Conciencia es reconocimiento exacto de la realidad. Conciencia es reconocimiento de una cualidad, de una función real física o matemática. Conciencia es reconocimiento de una situación específica y general.
Ser humilde no significa hacerse el zonzo, como una reacción ante una actitud de orgullo, no es decir “soy el peor”, no, eso es una conducta condicionada, esclava de alguna conducta enferma y errónea.
Humildad es ver la realidad tal cual es…el hecho tal cual es…la cosa tal cual es…más allá de las imágenes fijas del tiempo y el espacio. La Tierra y el sistema solar este…son un pequeño punto en el espacio universal…y desde más lejos, nada…no se ve nada de nada…la vida es inmensidad…sigue. Aunque el cuerpo muera el Alma sigue…la vida sigue…el Alma es un aliento de vida. Hay cuerpo y Alma. En el universo hay un dualismo de cuerpo y Alma…Existe un Dios Celestial omnipotente en el universo interno, con el cual es peligroso el contacto, el encuentro cara a cara…mejor es creer y no encontrarlo directamente…la evolución sigue hacia lo perfecto, gradualmente. Estas cosas solo las puede comprender un discípulo muy avanzado y con varios poderes internos, de mucha realización en lo divino…humildad.
La humildad es sin orgullo, no presume de lo que no es, no presume de lo realizado y reconoce lo que es, reconoce éxitos y fracasos…prudencia, realizar con armonía y fortaleza la virtud. Bueno…le dejo el trabajo práctico…
Primer mes: Si no tengo nada que decir, evito hablar. Practico silencio. Hago la práctica del si y el no. Le doy la palabra al otro, al amigo.
Segundo mes: Interpreto la realidad del otro, del vecino, del hermano, del amigo…del país, del mundo.
Tercer mes: Hablo lo que es de interés, lo útil, lo bueno, lo positivo, lo sensato. La fórmula exacta es causa. Contribuyo para la difusión de la obra.
Cuarto mes: No hablo lo indebido. No hago lo indebido. No hablo lo que es murmuración, no hablo mal del otro a sus espaldas. Salgo de la contienda.
Quinto mes: Yo soy firmeza en las grandes convicciones y llegan victorias, plenitud es realizar lo correcto, lo perfecto, lo debido.
Sexto mes: Fueron claros los exámenes del triunfo y la derrota. Un aprender que lleva al crecimiento y la paz. Un obrar con amor. Un obrar con caridad. Un obrar con fe. Un obrar con esperanza. Un obrar con rectitud.
Séptimo mes: El examen del anochecer dijo muchas cosas. Mirar lo que fue con atención, con manos unidas y piernas unidas, no abrir el circuito en la meditación. Yo soy el dueño de mi cuerpo y mi realidad, soy paz en este lugar.
Octavo mes: Caliento el pan para purificarlo, 2 minutos de un lado y 2 minutos del otro. Evito comer el pan sin purificar. Al cocinar tengo presente las verduras vitales con fibra, antioxidantes: tomate, cebolla, pimiento, zanahoria, zapallo, remolacha, ajo, papa…el fruto seco…almendras. Al cocinar tengo presente al aceite de girasol, cero en grasas trans, fuente de vitamina E y antioxidante. Comer correctamente y sin renegar…armonía y paz.
Víctor Hugo Márquez victormarquez07@hotmail.com
Las Termas de Río Hondo. Argentina. Libro Armonía y Paz. 1987
No hay comentarios:
Publicar un comentario