El creyente no se debe engañar en la ilusión, no se debe engañar en las formas o imágenes sin realidad. El que ve es uno.
Sin amor y paz no llega.
Sin armonía y libertad no llega.
Sin la gracia no llega. Sin rectitud no llega. Sin caridad no llega.
Murmuradores no deben confundir, el que escucha, escucha. Uno comprende…el murmurador se vive quejando demás y entre dientes.
El que habla adentro o afuera no debe confundir al adepto, al creyente, al devoto…real. El adepto es un simpatizante de algún ser interno o externo. Si hace méritos llega la gracia y algún día llegará, verá, oirá y comprenderá…ingresará en lo eterno.
En el silencio externo o en el sonido externo y en el sonido interno llegan el ver y el oír…si hay unión y armonía…se debe retener lo conocido válido. Hoy volver a recordar lo importante. El devoto de un ser llega a conocer a ese ser…esto si el devoto es avanzado y tiene alguna facultad. Sin percepción no hay captación de la cosa, ni del hecho, ni del sujeto, ni del fondo. Sin percepción y amor no hay revelación…esto sucede en la contemplación…el que se queda en lo insignificante se queda. El que se queda en lo ajeno al ver, el oír, la experiencia y la razón…se queda, se le fue el tren. El día estuvo nublado y frío, los sonidos de la calle llegaron, los sonidos de los motores, las transmisiones, las ruedas. Se sintió la intensidad de la aceleración por los caños de escape, las agujas del reloj siguieron avanzando.
Víctor Hugo Márquez
Tucumán 2011
victormarquez07@hotmail.com
armoniaylibertad.blogspot.com
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